Octubre fue nuestro.



Esta noche la luna brilla más que nunca,
pero dentro de estas paredes el brillo no logra entrar,
la tormenta sigue aquí adentro desde que te fuiste
y no lo logró calmarla,
los latidos de mi corazón son tan fuertes
que siento que van a reventar mis odios,
hay noches en las que logro reprimir este sentimiento,
pero otoño me recuerda el día que conocí
como el sol dorado brillaba en tu cara,
y la brisa sacaba tu mejor sonrisa
y es que un 28 de Octubre nos conocimos
éramos tan ingenuos
que creíamos
que esto sería para siempre,
invierno llego
y su frio arrasador
alejo tus brazos de mi cintura
mientras que el viento se llevaba tus palabras
 y para esos momentos
te sentía tan lejano,
pero primavera llego
y todas las flores le bailaron a tu regreso,
podía sentir el calor de tus palabras en mi odio
mientras que tu risa me hacía compañía en mi soledad
nunca pensamos o en realidad nunca pensé
que el único hogar que conocería iba a ser el de tus brazos,
tampoco que en ocasiones -y déjame decirte que fueron muchas- el mapa que seguiría sería el de tus caricias
y que tus besos serian la paz para mis lagrimales
nunca pensé que verano
me fuera arrebatar tus abrazos,
tus besos,
y una que otra caricia.

Perdona si te recuerdo en noches como estas
pero nunca dijiste adiós,
ni una letra
o
verso
de  despedida
y eso en ocasiones
crea la tormenta en mi cuarto,
hace que mi dedos sangren,
que mis ojos ardan
y que la luna
se quede tan pequeña
al recordar tus ojos.

Perdona, pero Octubre fue nuestro
y te aseguro que eso no lo puedes olvidar.

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